Energía
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ENERGÍAS: ¿REDUCIR O LIMPIAR?

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No existen las acciones buenas o malas, solo acciones conscientes o inconscientes. Todo se basa en causa y consecuencia... De ahí el aprendizaje (Anónimo)

Irrefutable es hoy día el Calentamiento Global y el Cambio Climático que, como coterráneos, estamos experimentando y vivenciando día a día, con todos los cambios que trae consigo al clima y a los ecosistemas; y, junto a ello, el hecho que el uso de combustibles fósiles, y el uso de cualquier tipo de energía derivada de su uso en el proceso productivo, claramente contribuye a dicho calentamiento.

Lo que siempre está en discusión (una discusión a mí parecer claramente influenciada por intereses económicos) es si el origen prioritario del calentamiento global es antropogénico (producido por el hombre), o parte de un ciclo geológico de la naturaleza.

No obstante, sea cual sea el origen del calentamiento global, en la medida que no cambiemos nuestros hábitos como ciudadanos globales, en mayor o menor grado, sumamos y aportamos a ello, siendo parte de la causa, y con ello, receptores de sus consecuencias. No podemos cambiar el mundo, pero sí la huella que dejamos en el mundo.

Pero por otro lado, uno de los grandes temas ambientales que vienen de la mano con las energías limpias tradicionales sale a luz cuando se analiza su ciclo de vida, y la materia prima empleada o los desechos generados. Esto es, por ejemplo, el impacto ambiental de la minería detrás de las baterías o de los componentes para la fabricación de los paneles solares. O la aún no resuelta cadena de gestión, una vez se alcance la vida útil de las aspas de los aerogeneradores. Si bien al momento de generar la energía, estas tienen un claro impacto positivo respecto del cambio climático; hay una huella de carbono importante en el ciclo de vida integral “desde la cuna a la tumba” de las mismas.

¿Es el camino apuntar a reducir los consumos de energía?

¿Te has quedado sin energía en tu hogar por más de 24 horas, especialmente en estos tiempos de teletrabajo? En el sector donde vivo, el clima provocó serios daños a la red eléctrica por árboles caídos, y me tocó vivir esa experiencia un tiempo atrás. Recuerdo perfectamente el realizar como se iba complicando todo, y eventualmente hasta los equipos con batería iban uno a uno apagándose: la computadora, el celular… Como si la misma casa fuera perdiendo su soplo de vida. La tarde avanzaba, y la oscuridad junto con ella. No había radio ni televisión, el vecindario entero estaba a oscuras, en silencio. Y llegó la hora de dormir, aún sin energía eléctrica. Algunas lámparas a baterías auxiliaron un proceso que no fue común, lleno de complejidades absurdas en una situación cotidiana.

No es difícil extrapolar ese sentimiento al escenario en una ciudad: personas atrapadas en ascensores de edificios; sin luces ni en hogares, ni en edificios, ni en las calles; comercios e industrias con procesos detenidos, y/o productos dañándose al perder, por ejemplo, la cadena de frío; celulares, computadoras, televisión… Todo se va apagando. Y junto a ello, muchos servicios básicos empiezan a tener problemas gradualmente, incluyendo el suministro de agua potable, que en ocasiones depende de equipos de bombeo para llegar a muchos de los usuarios.

Sin duda, la energía eléctrica hoy día es la sangre que mantiene con vida las sociedades modernas.

Pero ello viene de la mano con un problema no menor: Más consumo de energía, más emisiones a la atmósfera, con todas las consecuencias ambientales de ello, incluyendo aquellas ligadas a los Gases de Efecto Invernadero.

Y si bien avanzar en la eficiencia de los procesos y actuaciones es un "Debe hacerse...", pero también hay que aceptar que en una economía que basa su crecimiento y bienestar ciudadano en el uso de energía, aún maximizando la eficiencia energética conforme las posibilidades técnicas, la demanda va a seguir incrementándose. Sin duda, conforme la economía se expande, también lo hace, por ahora, la contaminación ligada a dicho crecimiento. Reducir es la primera etapa, pero dista mucho de ser el enfoque final.

Energías Limpias e Innovación

Hoy día, la mayor forma de producción de energía eléctrica a partir de energías renovables, son por mucho dominadas por las hidroeléctricas, seguido de la energía eólica y la solar. No obstante, aún cuando las fuentes de energías renovables son consideradas ambientalmente amigables, o “verdes”, hemos comentado siempre es importante dar una mirada un poco más amplia: la huella ambiental de la solar, eólica, y las grandes hidroeléctricas, no es menor; principalmente de la mano de su ciclo de vida y del impacto por el uso de tierras a los ecosistemas.

Por otra parte, principalmente la solar y la eólica, pero también las minicentrales hidroeléctricas de paso, dependen de condiciones ambientales -no controlables- para la producción eléctrica, condiciones que con frecuencia desacoplan los períodos de producción con los requerimientos de consumo, demandando de mecanismos con huella de carbono extra en su ciclo de vida.

Ciertamente es innegable el rol protagónico que estas energías están haciendo en cuando a la descarbonización de la economía, pero a mi juicio personal, deben implementarse con criterio de una etapa en transición y no como sinónimo de solución final, ni menos de "moneda de oro" (en el sentido que entre más ponga donde sea y como sea, mejor). De no utilizarse con criterio técnico, incluso puede caerse -y lo he visto en varios proyectos que "vendedores" recomiendan instalar soluciones en localidades incompatibles, con el pretexto que por usar "energía limpia se es más verde"- en el hecho que la huella del ciclo de vida de una propuesta de reconversión de la matriz energética, sea peor que el no hacer nada.

En el camino de la descarbonización deben existir múltiples actores, donde tú y yo tenemos que sumar, donde cada uno forma parte y nadie sobra. Actuar desde el pensar y el rediseñar como se hacen las cosas hoy día, no con criterio de comprar una solución, sino primero cuestionarse del porqué de cada paso, su necesidad, y si el mecanismo/método actual es el correcto, desde el punto de vista ambiental y energético; valorizar energéticamente aquellos activos que hoy llamamos residuos; combinar "islas" para desarrollar respuestas menos energéticamente demandantes... Con pensamiento crítico, reformular nuestro actuar y nuestro entorno, antes que sea demasiado tarde.

Una historia para meditar

Sucedió en un concurso de leñadores, donde el que partía mas troncos durante las próximas 20 horas era el ganador. Sólo podían emplear su hacha y su juego de limas, contra una enorme montaña de troncos ubicados distantes entre sí, para evitar confusiones, una para cada competidor.

En todos los concursantes, su típica barba bien formada y cabello desarreglado hacía eco con su enorme musculatura y su camisa a cuadros, excepto en uno de ellos... Delgado, apariencia más bien de intelectual, muy bien peinado, era el hazme reír entre el resto de participantes.

Sonó un estruendoso y ronco silbato, y cada uno partió corriendo con su hacha al hombro hacia su destino... El público escuchaba como los fieros golpes concluían rápidamente en troncos desgarrados ante la brutal fuerza del metal enfrentando la madera... El tiempo avanzó hasta la conclusión del evento.

Los jueces partieron a valuar el resultado, y para sorpresa de todos los presentes, fue precisamente aquel que había sido objeto de burla el ganador...

La prensa se abalanzó sobre él, tratando de entresacar que artimaña había empleado para ganarle a aquellos enormes leñadores: "¿A qué atribuye su éxito?", preguntó uno de sus inquisidores casi que con tono burlesco... "Es lógica", respondió... "El año pasado observé este concurso... Los métodos que empleaban los leñadores... La forma de avanzar... Y pude apreciar como se basaba siempre en su fuerza más que en sus herramientas... No tengo fuerza como ellos, así me enfoqué en hacerlo diferente, y construí una lima especial, con un hacha más dinámica y reforzada... Y me concentré en trabajar siempre con un hacha muy afilada...", concluyó.

Descarbonizar la economía no es seguir haciendo lo mismo con más fuerza; es cambiar los paradigmas de como vemos el mundo y respondemos ante ello... Es hacer uso de nuestra capacidad creativa en una amalgama con nuestro criterio analítico... Pero sobre todo, es partir de tomar consciencia que en este concurso estamos todos juntos... No hay ganadores ni perdedores... O cambiamos ya, o será tarde para todos.

Del Autor



Guillermo Montúfar

Empresario, Asesor y Catedrático Universitario en Centro y SurAmérica, actualmente laborando tanto en Universidades en Chile, impartiendo clases en programas de Post Grado, como Director de Proyectos y Programas de Fondos de Cooperación. Gerente General de las empresas de Grupo Tecnología. Posee... [ver más]
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